Miguel Ángel Lurueña
Divulgación
Siempre me ha llamado bastante la atención todo el tema de la dietética y la nutrición (aunque no solo por sucesos de salud personales), ya por pura curiosidad e interés o por miedo a no saber realmente si me estoy alimentando bien (o las personas que me importan), y lo que menos me gusta es que las empresas me engañen y me tomen por tonta (por eso también estudié marketing (que lo dejé) y me gusta leer de esas cosas a veces).
Éste libro divulgativo va un poco de intentar romper varios mitos, pero sobre todo de ayudarte a saber identificar las etiquetas de los productos, la diferencia entre unos otros que puedan ser más saludables o no, y otra información realmente útil que me ha gustado mucho, si bien en algunos puntos parecía que me ofrecía demasiada información de algún producto, y de otros, muy poco.
Porque a pesar de que me haya gustado bastante, tiene un enorme inconveniente, y como leí en otras reseñas, se deja cosas en el tintero que también puede contribuir a generar ese interés o esa desinformación a otras personas o que a veces parece que esté limpiando a la industria alimentaria. Por ejemplo, por resumir mucho, si los colorantes son inocuos es como si el resto de aditivos también lo fueran.
De hecho, literalmente no le dedica prácticamente casi nada a los conservantes, y lo que me pareció sangrante y hasta me "hizo daño" a los pesticidas solo le dedica dos párrafos enanos muy escuetos y sospechosos. ¡SOLO DOS! Cuando es lo que más preocupa, si ha habido estudios al respecto, o porqué no decir, la mala calidad de los cultivos por las semillas modificadas genéticamente mal (o por la calidad del suelo o los pesticidas que si acaban llegando a la mesa) o lo mal que están siendo cuidados los animales y como llega la mala calidad hormonada y con antibióticos los productos derivados de animales. A veces incluso parece eso, que quería limpiar la imagen, o lo pasa muy por encima, o te dice que el bacon es muy malo, pero ni rastro de conservantes o pesticidas...
Entiendo que no tiene porqué enrollarse (aunque para mí en algunos si se enrollaba de más) por el origen de unas cosas u otras o hacer activismo, pero no sé, me faltaba ahí información. Curioso que al comienzo del libro le eche una puya a otros pero entonces él si se considere el adalid de 'la verdad alimentaria', cuando eso también tiene peligro.
Eso sí, como digo, pese a eso el libro me ha gustado mucho, explica bastante bien como debemos fijarnos en la etiqueta, lo desfasada que está "la pirámide de la alimentación", que hay sistemas de etiquetado como el de Chile que es bastante útil, y nos enseña a saber interpretar el Nutriscore de aquí. En ese sentido, chapó por el libro, lo enseña bien.
¿Lo recomiendo? Sí, pese a lo ya dicho y que a veces parece que se contradiga (o así me lo pareció) o divaga en unas y se salta otras de forma sospechosa, pero el libro cumple con la premisa inicial: aprender a mirar las etiquetas y lo que compramos con ojos críticos para saber leer.
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