Anna Brones
Bienestar
Aunque todavía no soy una feliz poseedora de una bicicleta (entre otras cosas porque no tengo sitio donde guardarla, ni colgada de la pared), llevo años con intención de pillarme una y me llama mucho la atención ir en bici a todas partes (por no decir también, que me niego a comprar un coche). Un amigo además hace poco se hizo feliz poseedor de una bicicleta nueva y ahora algunos días pedalea a la aventura, libre como el viento.
Cuando vi este libro me acordé tanto de mis ganas de tener una bici propia como de mi amigo, y aunque todavía estoy un poquito lejos de poder pillarla, es una buena forma de ir abriendo “apetito”.
El libro la verdad es que es muy simpático, ya sea tanto por el diseño en sí como los dibujitos y como está escrito. Básicamente, si eres un poco novatillo en el tema de las bicis como sería mi caso, creo que es muy buena opción este libro, tanto por como se expresa y explica cada sección cómo en general.
Desde jerga concreta, consejos de aprovisionamiento, incluso para saber cambiar ruedas, los tipos de bicis que hay, recursos (como blogs u organizaciones a favor de las bicis) y hasta en desmentir mitos sobre las bicis, tiene bastante información útil y muy entendible. Además justo menciona lo del día de las bicicletas (tenía otro nombre pero ahora mismo no lo recuerdo), algo que ya salió en el libro de Ciudad Feliz que me encantó y me ha sacado una amplia sonrisa al recordarlo en éste.
¿Lo recomiendo? ¡Pues sí! Incluso si ya eres veterano lo podría recomendar, porque es muy majo y a lo mejor los recursos te son útiles, pero sobre todo por la información y los consejos lo veo más para los amateurs o novatos.
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