Spencer Johnson
Curiosos
Con sinceridad, no sabía que categoría ponerle a este libro. Lo suelen utilizar para desarrollo personal (curiosamente en empresas cuando yo creo, al igual que si dicen en alguna parte del libro, que a la vida personal también puede afectar e ir dirigido de buena manera), pero esta escrito en un curioso modo ficción...
Sin embargo, yo le tengo un cariño particular a éste libro. Lo leí en el instituto, en mi cuarto año. No comprendí demasiado el mensaje que intentaba transmitir el libro, pero no sé porqué le tenía un cariño especial a todo el concepto de buscar el queso. De hecho un blog personal que empecé por 2012 tenía precisamente el nombre de uno de los depósitos dónde se deja el queso, por la importancia del libro.
Después de todos estos años ya puedo decir que comprendo algunos de los mensajes del libro (digo algunos cuando quiero decir todos porque probablemente en el futuro vuelva a leerlo y vuelva a sacarle cosas para la vida): adaptarse a los cambios, estar atentos a lo que nos rodea (fijarse en los detalles)...
La versión que yo leí no traía esos dibujitos tan monos del queso con las frases que el personaje de Haw va dejando por las paredes del laberinto. El concepto de Fisgón, Escurridizo y Hem en general (y Haw, claro) me han gustado especialmente, como cuatro voces mentales que podríamos llegar a tener dentro de nosotros, aunque con muchos más matices en general, creo yo.
¿Lo recomiendo? Sí. Es muy cortito, se lee en un tris y la fábula con los ratones y los liliputienses con el queso se hace tan amena y ligera de leer que apetece. Y ahora me apetece comer queso, eso también.
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